… y la hija de Moraima nos visitó!
Una historia personal
Sobre los años 80 del siglo XX, cuando el Día das Letras Galegas no era festivo, tuve la suerte de que el director de mi instituto (A Xunqueira I), fuese D. Xosé Fortes Bouzán, que uno de mis amigos fuese Suso Vaamonde, y que éste viniera a dar un concierto a nuestro instituto un jueves por la tarde. Entre otras muchas, cantó Moraima, que me pareció realmente hermosa. Sólo después de algún tiempo, descubrí que se trataba del Poema 1972, II perteneciente al libro Onde o mundo se chama Celanova de Celso Emilio Ferreiro.
Y ahí quedó, guardado en mi memoria.
Que Viña Moraima sea una (muy) pequeña cooperativa tiene como uno de sus grandes activos y peculiaridades, a mi entender, la participación de todos nosotros en la toma das decisiones. Después de la de constituírnos, la más importante que tomamos, fue la de la elección del nombre para o nuestro vino.
Propuse:
¿Por qué no Moraima?
Los que conocían el poema entendieron a la perfección lo que trataba de decirles, y los que no, en cuanto se lo leemos, empezaron también a darle vueltas a la idea. Y así acabó siendo: un vino con nombre de mujer y de poema.
Porque Moraima es, bien lo sabéis, un hermoso poema de amor que el escritor dedicó a su mujer; pero para nosotros es una metáfora de lo que sentimos por lo que nuestros antepasados nos dejaron y queremos dejar el legado a los que nos sucedan: el amor por la tierra, por nuestra tradición y el modo de vida que nos trajo hasta aquí. ¿Y qué mejor ejemplo que el vino?
La visita de Isabel: la hija de Moraima
Aunque Moraima es un nombre propio (bastante frecuente en América, por ejemplo), como sabíamos que de una forma u otra siempre va unido al escrito, en cuanto acordamos llamar así a nuestro vino (y por extensión a nuestra bodega) ya nos pusimos en contacto con la Fundación Celso Emilio Ferreiro, para pedirles autorización para su uso. Contamos desde el principio con ese permiso (no dejaremos nunca de darles las gracias), y siempre mantuvimos contacto y una magnífica relación con ellos.
Además lo que pasó ayer fue realmente especial, porque Isabel, la hija de Moraima (sí, y de Celso Emilio) y su hijo Lois vinieron ayer a nuestra casa.
Nos gusta mucho recibir a todo el mundo en la bodega: pensamos que es la mejor forma que tenemos de explicar quiénes somos y nuestra filosofía de trabajo. Pero la visita de ayer fue ciertamente emocionante, y la guardaremos siempre como uno de los hitos de nuestra pequeña historia particular.
Agradecimientos
Gracias a los amigos que organizaron esta sorpresa para Isabel. Gracias a Isabel Ferreiro y a su hijo Lois Vaquero Ferreiro por venir y nuevamente a Isabel (y a Ana) por recitar Moraima para nosotros. Non podíamos recibir mejor regalo!
Y por esta foto que tanto significa para nosotros, y en particular para mí.

De izq. a der. Manuel Fontán actual presidente, Salomé Cancela, Isabel Ferreiro y Lois Vaquero Ferreiro
Porque nosotros, cuando queremos vivir, alzamos una copa de Moraima.